Si de tanto vivir puedo morirme
no quiero dirimir con esta pena.
Pues de tanto servir para vivirme
me amedrenta la muerte que condena.
Si de tanto vivir en este mundo
me quede sin aliento redimido.
Prefiero a morir este profundo
amor desde la vida perimido.
Es tanta la pasión por estar viva
que sólo al nombrarla me horroriza
y su hoz azabache me cautiva
el alma toda abierta a la ceniza
en que austera mañana primitiva
me ha dado la luz de ser poetisa.
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